4 de septiembre de 2010

Reflejo de nuestra realidad

Eso es el mar, a veces decide qué corriente seguir, otras veces la corriente es tan fuerte que no puede elegir, y acaba explotando en las rocas.

De vez en cuando se entretiene con algunos pececitos o algunos delfines, los cuales le divierten y le traen felicidad.

A veces el humano hace construcciones en el agua, que se convierten en huecos de su corazón ocupados por algo duro que, normalmente, es imborrable, otras veces el humano no construye, solo pasea por el mar, muchos de ellos han manchado ese alma tan pura y cristalina, y el mar rencoroso se lo ha devuelto.

Y así somos nosotros, tan indecisos, tan sensibles, tan transparentes como el mar.